María de Molina
D.O. Rueda
Creada en 1980, la Denominación de Origen Rueda es la más antigua de Castilla y León. El cultivo de la vid en esta zona está documentado desde la Edad Media, especialmente en la elaboración de vinos tintos. No obstante, durante el Siglo de Oro español, los vinos dorados cobraron mayor importancia.
Bodega María de Molina
FRUTOS VILLAR
Para preservar la máxima expresión del Verdejo, las uvas se someten a una maceración de 36 horas. El mosto es fermentado sin hollejos en depósitos de acero inoxidable, a una temperatura controlada de 15ºC, lo que permite mantener la frescura y los aromas característicos de la variedad, mientras se obtiene un vino elegante y equilibrado. Con un color amarillo pajizo, limpio y brillante, y un aroma que despliega una gran diversidad de tonos frutales, destacan las notas de fruta exótica con matices anisados. Su sabor es potente, con una frescura ácida que prolonga su paso, dejando un final retronasal con el característico amargor del Verdejo, que añade complejidad y una agradable presencia.
Este vino, elaborado exclusivamente con uvas de la variedad Verdejo y bajo la Denominación de Origen Rueda, refleja la pureza y frescura de esta emblemática cepa, destacando su intensidad aromática y su complejidad en la boca.
Ubicación
DESDE 1980
La D.O. Rueda es sinónimo de excelencia. Desde la uva Verdejo, a la Viura, Sauvignon-Blanc, o la Palomino, la ubicación es lo que define las características tan únicas de los vinos de Rueda.
Con una altitud media de 750 m, o incluso de 850 m en la provincia de Segovia, sus suelos cascajosos y pedregosos, caracterizados por su escasez de materia orgánica y una inmejorable aireación y drenaje, así como unas condiciones óptimas de temperatura, con una media de 13ºC, y una precipitación media anual, aportan al vino volumen y su seña de identidad, un toque amargo que viene acompañado por una expresión frutal.
La gran armonía de estos vinos invita a una degustación inigualable e irrepetible.